Para los cuadros leves se utiliza una combinación de atovacuona y azitromicina, mientras que para los cuadros graves se utilizan trasnfusiones y clindamicina o quininas; se han utilizado además otros antiprotozoarios como la cloroquina y la pentamidina.

 

En pacientes esplenectomizados con infecciones graves por Babesia microti o Babesia divergens se han visto resultados de éxito con las transfusiones.

 

Para que la garrapata pueda transmitir los microorganismos debe alimentarse de la sangre de un individuo durante bastantes horas, entonces la sola eliminación rápida de este artrópodo adherido a la piel puede evitar la infección, además de esto debe utilizarse ropa protectora así como repelente contra insectos ya que esto disminuye la posibilidad de infección.

 

La mayoría de los pacientes que presentan cuadros de infección leve se recuperan sin tratamiento específico alguno.