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En Europa, el agente etiológico de esta enfermedad, B. burgdorferi sensu lato, incluye tres especies patógenas para el hombre: B. burgdorferi "sensu stricto" (en adelante B. burgdorferi), B. garinii, y B. afzelii. Este grupo de microorganismos, relacionado taxonómicamente con otras espiroquetas como los agentes causales de la sífilis, la leptospirosis y la fiebre recurrente, presenta características clínicas y patogénicas comunes con ellas, como una puerta de entrada cutánea, daño vascular como uno de los mecanismos patogénicos iniciales y un marcado neurotropismo, además de una evolución clínica en fases con periodos de aparente remisión y tendencia a la cronicidad.

Borrelia spp.

Otra característica común entre las espiroquetas es su gran complejidad antigénica, con un repertorio muy diverso de moléculas inmunógenas. La presencia de proteínas muy conservadas en todos los niveles filogenéticos determina la alta incidencia de reacciones cruzadas con otros microorganismos y con proteínas humanas, fenómeno responsable de resultados serológicos falsos positivos en procesos que cursan con un componente autoinmune. Adicionalmente la variabilidad antigénica de Borrelia entre las diferentes especies y cepas y la gran variedad de pruebas disponibles y su falta de estandarización dificultan en gran medida el diagnóstico serológico de esta enfermedad y lo convierten en uno de los más complejos de entre las enfermedades infecciosas.

Historia Natural de la Enfermedad.

La enfermedad de Lyme puede ser subclínica o tener un amplio rango de manifestaciones clínicas. En todos los casos, debe haber habido un riesgo de exposición a garrapatas. El antecedente de picadura de garrapata no es imprescindible, ya que puede pasar inadvertido o no relacionarse con el proceso que puede comenzar semanas o meses después. Por este motivo, la notificación por parte del paciente de picadura previa es poco habitual en muchos países y no es un criterio necesario de inclusión.

 

El curso clínico de esta enfermedad es altamente variable. Además, hay casos que presentan manifestaciones tardías sin haber pasado por las fases previas. Comienza, en la forma típica, durante la denominada de fase localizada temprana, con una lesión que se va diseminando desde el lugar de la inoculación (eritema migrans, EM), y que es característica de esta enfermedad. Su variabilidad puede dificultar su correcta identificación. El tiempo de incubación es variable (2-30 días). Lesiones más tempranas pueden ser debidas a reacciones frente a la picadura o infecciones bacterianas secundarias a la misma. En algunos pacientes con piel más pigmentada o con lesiones en lugares de difícil localización esta fase puede diagnosticarse con mayor dificultad. Si existen otros síntomas como son adenopatías, artralgias, mialgias etc. es probable que ya se haya producido 

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